En nuestro despacho de abogados en Santander hemos ayudado a un gran número de familias a pasar por el duro trámite del divorcio, intentando con la colaboración de nuestros expertos en mediación llegar a puntos de acuerdo que faciliten la situación. Sin embargo, no siempre es posible seguir esta vía amistosa, en ocasiones la única forma de dejar atrás un matrimonio insatisfactorio es recurrir a la vía contenciosa. Hoy te explicamos los detalles de este proceso.
En primer lugar, para solicitar un divorcio por la vía contenciosa es imprescindible que como mínimo hayan pasado 3 meses desde que se legalizó el matrimonio. Pasado ese tiempo si uno de los cónyuges no quiere continuar manteniendo este vínculo podrá interponer una demanda de divorcio que deberá acompañar de una propuesta de convenio regulador en el que se expliquen los efectos que tendrá esta separación sobre temas tan importantes como la custodia de los hijos, el régimen de visitas o qué sucederá con la vivienda conyugal.
Como despacho de abogados en Santander siempre explicamos que al no ponerse de acuerdo los cónyuges sobre el efecto del divorcio, en la vía contenciosa será el Juez quien dirima cómo será el convenio regulador. Para ello será necesario celebrar un juicio en el que cada parte defienda por qué es justo lo que reclama, por lo que se necesitarán testimonios y pruebas que apoyen sus reclamaciones. Es por ello que suelen ser procesos más complicados, donde el enfrentamiento puede desgastar notablemente.
Eso sí, desde Abogado Richardson siempre recordamos que en cualquier momento el divorcio contencioso puede pasar a ser un divorcio de mutuo acuerdo, si las partes alcanzan un pacto.